Orientacion Sexual

Toda persona tiene una orientación sexual y una identidad de género. Cuando éstas no coinciden con las de la mayoría, se considera a menudo a la persona objetivo legítimo de discriminación o abuso.

Toda persona debe poder disfrutar de todos los derechos humanos consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Y sin embargo, millones de personas de todo el mundo se enfrentan a la ejecución, el encarcelamiento, la tortura, la violencia y la discriminación por su orientación sexual o identidad de género. La variedad de abusos es ilimitada:

* mujeres violadas para “curarlas” de su lesbianismo, a veces a instancias de sus progenitores;
* personas procesadas porque sus relaciones privadas mantenidas de mutuo acuerdo se consideran un peligro social;
* pérdida de la custodia de los hijos e hijas;
* palizas de la policía;
* agresiones y a veces homicidios en la calle (“crímenes de odio”);
* insultos frecuentes;
* acoso escolar;
* denegación de empleo, domicilio o servicios de salud;
* denegación de asilo a personas que han conseguido escapar de abusos;
* violación y otras torturas bajo custodia;
* amenaza por hacer campaña en favor de sus derechos humanos;
* incitación al suicidio;
* ejecución estatal.


Los abusos contra los derechos humanos basados en la orientación sexual o en la identidad de género incluyen la violación de los derechos del menor, la imposición de tortura y trato cruel, inhumano y degradante, la detención arbitraria por motivos de identidad o creencia, y la restricción de la libertad de asociación y de los derechos básicos al debido proceso.

Se trata de violaciones que durante decenios han conformado el núcleo del programa de trabajo del derecho internacional de los derechos humanos y de los mecanismos de las Naciones Unidas en la esfera de los derechos humanos.